Libros que he publicado

-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
repmejor@gmail.com

Tenéis información de los precios aquí:

jueves, 13 de julio de 2023

Sobre la feliz idea de poner las elecciones en un 23 de julio

     Cuando el pasado 29 de mayo Pedro Sánchez anunció que convocaría elecciones generales para el 23 de julio, sentí una mezcla de asombro y preocupación por tan desaconsejable fecha, cuya inoportunidad me confirmaron los datos que muy pronto se publicaron en los medios: cuatro comunidades autónomas (Castilla y León, Navarra, País Vasco y Galicia) tienen su fiesta mayor el martes 25 de julio y se calcula que, para el domingo electoral, unos doce millones de españoles se hallarán pasando las vacaciones fuera de sus hogares. Con estos datos -que Sánchez estaba obligado a tomar en consideración-, hay razones de sobra para pensar que el presidente ha intentado obstaculizar la participación, en lugar de favorecerla, otra obligación que parece haber descuidado. Da la impresión de que su propósito ha sido penalizarla en dos aspectos: la abstención y la confusión. 

    Esto nos otorga el derecho a ser suspicaces, que se ve reforzado por algunos aspectos de carácter secundario. En lo relativo a la abstención, si nos fijamos en esas cuatro comunidades en las que la fiesta regional podría perjudicar a la participación, vemos que en dos de ellas (Navarra y País Vasco) no es esperable un gran aporte de votos ni para el PSOE ni menos aún para el PP, pero en las otras dos (Galicia y Castilla y León), la gran ventaja electoral del PP y la derecha en los últimos procesos deja muy claro que un aumento en ellas de la abstención debería en principio favorecer al PSOE. Voy aún más lejos: si tomamos en cuenta los interesantes datos oficiales que desvela este artículo de El independiente, veremos, por ejemplo, que las tres comunidades en las que se registran más viajes por las fechas en que se celebrarán las elecciones son Madrid, Cataluña y Andalucía, es decir, una en la que es verdad que PP y Vox son muy débiles (Cataluña), y, a cambio, otras dos que han deparado los mayores desastres electorales autonómicos del PSOE en los últimos tiempos. En resumen: la fecha del 23 de julio, además de ser muy poco favorable para la participación, lo será con mayores motivos en cuatro de las comunidades en que la izquierda ha sido más severamente rechazada: Madrid, Andalucía, Castilla y León y Galicia. ¿Habrá tenido en cuenta Pedro Sánchez estos datos a la hora de fijar la fecha electoral? Lejos de mi intención atribuirle semejante vileza a tan ejemplar personaje. 

    El aspecto de la confusión resulta un poco más complejo, puesto que deberíamos enfocarlo a través de unas consideraciones acerca de lo que personalmente podría hacer cada uno de esos potenciales votantes que, gracias a la diligencia del presidente del Gobierno, se han encontrado con unas elecciones que el día indicado les pillarán lejos del colegio electoral que les corresponde. ¿Qué hacer? Antes de seguir adelante, reconoceré que, en efecto, el voto de esos electores podría ser favorable a los intereses de Sánchez o contrario, por lo que se me podría objetar que, en esto de la confusión, nada ganaría ni perdería, y estoy de acuerdo en que teóricamente es así, pero sucede que en la práctica no lo es en absoluto. La razón es muy sencilla: a la vista de su deprimente (para él) aceptación popular, de lo que señalan desde hace ya tiempo todos los indicios (desde el aire que respiramos hasta las encuestas creíbles) y de los resultados del 28 de mayo, la decisión de poner la fecha del 23-J Sánchez la ha tomado a la desesperada, buscando antes que nada el río revuelto, consciente de que a él cualquier cosa le va a beneficiar más que la normalidad. Aclarado esto, volvamos con la pregunta de ese votante confuso: ¿qué hacer? Podría, en primer lugar, desentenderse y abstenerse, cosa que es presumible que harán muchos, lo que, de acuerdo con lo dicho un par de líneas más arriba, en general, va a ser favorable para Sánchez. 

    Pero podría, por otra parte, decidir que va a votar sea como sea, y aquí es donde viene la confusión, ese río revuelto en el que espera obtener ganancia el pescador Pedro Sánchez. Una solución sería adelantar su retorno vacacional para estar en casa el día 23 y poder votar. Esto, que sin duda harán muchos, seguramente va a acarrear para ese fin de semana atascos, billetes de tren agotados, retrasos ferroviarios...: confusión, una deliberada confusión de la que Pedro Sánchez estoy convencido que espera sacar tajada, ya sea por hastío, llegadas a destiempo o cualquier otra contingencia. Una segunda opción sería el voto por correo y entramos aquí en una cuestión delicada, porque esta modalidad está siendo fuente de polémicas e inquietudes.

    En primer lugar, ya en las elecciones del pasado 28 de mayo, se vio ensombrecida por diversos casos de compra de voto, en especial, en Melilla, en la mayoría de los cuales, para más inri, el partido implicado era el PSOE. En segundo lugar, tan pronto como se entendió que, con la fecha puesta por Sánchez, muchos españoles iban a buscar como recurso el voto por correo, se dispararon la alarma y la desconfianza, no ya por el asunto de la compra de votos, sino por otras cuestiones de más fuste: dado que el incremento se iba a hacer considerable de forma repentina, ¿iba a estar la infrestructura de Correos preparada para tal eventualidad?; dado que esta empresa está hoy en manos de Juan Manuel Serrano, un señor que se distingue por haber arruinado la entidad, por estar muy vinculado a Sánchez y por haber sido muy favorecido por él, ¿no había razones para temer por la limpieza de la actuación de Correos en este proceso? Los días han ido pasando y ambos temores han ido dando múltiples e inquietantes muestras de no ser infundados, como puede verse aquí y aquí. Hoy, 13 de julio, proliferan las noticias sobre ciudadanos que optaron por el voto por correo y tienen serios temores de quedarse sin votar, mientras el señor Serrano, en lugar de informar con claridad, se despacha decretando el secreto de Estado sobre la cuestión.

    ¿Contaba Sánchez con todo esto? ¿Lo esperaba? ¿Lo provocó de manera calculada y consciente cuando convocó las elecciones para un 23 de julio, una fecha muy peregrina para que los ciudadanos expresen su voluntad en las urnas? A quienes creemos que sí a todo, además de lo dicho hasta aquí, nos avalaría el que las razones que se han dado para explicar tal decisión han estado siempre relacionadas con el beneficio electoral del PSOE, cosa muy poco edificante. A mí me gustaría no ser tan suspicaz, pero tal acumulación de "casualidades" me lleva, por desgracia y a pesar de vivir en una democracia del siglo XXI, a no descartar que alguien esté acariciando la posibilidad de dar un pucherazo. A fin de cuentas, a Pedro Sánchez ya no le vendría de una, recordemos aquel bochornoso e inconcebible episodio del día 1 de octubre de 2016, en el que apañó una esperpéntica y bananera votación en el comité federal del PSOE, con tres urnas escondidas detrás de un biombo, lo que le acarreó la condena y la expulsión de su partido, expulsión que inexplicablemente no se hizo a perpetuidad, con las catastróficas consecuencias para el PSOE y para España que todos conocemos. Para refrescaros la memoria, os dejo aquí el relato que por aquellas fechas hicieron La Razón y El Periódico

    Aquel nefasto día, a las puertas de la sede del PSOE en la calle Ferraz de Madrid, se congregó una tenebrosa, agresiva y sospechosa multitud de cuervos graznantes apoyando a Sánchez y hostigando a sus adversarios, una mezcolanza de sujetos desconocidos que apoyaban al hombre que con su "no es no" torpedeaba la gobernabilidad de España. Luego se supo que entre aquellos entusiastas "socialistas" se encontraba un fanático separatista llamado Quim Torra. Justamente un año después, el uno de octubre de 2017, Puigdemont declaraba la independencia de Cataluña, esa que duró ocho segundos. ¡Qué coincidencia más simbólica! La verdad es que la trayectoria política de Pedro Sánchez está ligada a multitud de sucesos y episodios que apestan a podrido y este de la fecha electoral es uno más. Esperemos que sea el último; esperemos que le salga mal esta jugada y el 23 de julio los españoles escapemos por fin de esta pesadilla: el mandato del peor presidente del Gobierno desde 1978.

     

13 comentarios:

  1. Nada en la mente de este oportunista sin escrúpulos, límites, principios ni ideología que es el caudillo Sánchez tiene una mirada o una intención inocente. Pero buscar una gran jugada maquiavélica con la convocatoria del 23J es quizá sobrevalorarlo. Cierto es que el personaje no da puntada sin hilo, pero no menos cierto es que hace ya un tiempo que tampoco da pie con bola.
    No tengo los datos fehacientes de por qué el presidente del gobierno en disfunciones eligió tan inoportuna y estrambótica fecha para las elecciones anticipadas. Entiendo los juicios de valor y de intenciones que hacen muchas personas, tú incluido, sobre la mala fe procesal de fijar el 23 de julio como día D para las elecciones legislativas que ponen fin a esta aciaga legislatura. El amplio historial delictivo y las características patológicas del megalómano de la Moncloa lo sitúan en el banquillo de los acusados como sospechoso y presunto culpable. Pero quizá esta vez se le están atribuyendo muchas dotes demiúrgicas o mágicas a un político en sus horas más bajas, un rey desnudo, desnudo de recursos y ideas nuevas, con los recursos agotados y los resortes averiados para seguir haciendo trampas, que es una actividad en la que sí se ha doctorado en buena lid, no como en economía.
    Dejando de lado los comprensibles juicios de intenciones vayamos a los datos:
    El primer dato es que la fecha elegida es el primer día del calendario si las elecciones se convocan el 29 de mayo. El 28 era demasiado pronto, pues al haber dos urnas, hasta más allá de las 12 de la noche no había resultados provisionales del 100% escrutado. La legislatura ya no da más de sí, cuanto antes mejor. Sin esperar a la primera semana de septiembre, que habría sido la fecha más conveniente.
    El segundo dato es que la convocatoria paralizó la vida orgánica del PSOE, en el que los comités locales, provinciales y regionales deberían haber debatido la debacle electoral del 28M, con un cuestionamiento de la campaña personalista del secretario general. En campaña electoral no hay debates internos. Aunque eso no evite que la vieja guardia, fuera de la estructura orgánica, esté ahora más activa y conspirativa, contra Sánchez, que nunca.
    El tercer dato es que la anticipación de las elecciones deja al PP sin posibilidad de celebrar el éxito electoral. Y les quita unos días de euforia y de subidón moral. El presidente demuestra que es el dueño de la agenda y que tiene la iniciativa política. Y el PP pasa del agotador esfuerzo electoral municipal y regional a hacer sin pausa otro esfuerzo electoral.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dejo aparte la posibilidad de haber juntado las generales con las autonómicas y municipales, porque es cuestión previa y distinta a la que aquí tratamos, además de otra cosa: para el 28-M, es muy probable que Sánchez aún creyera que podía aguantar hasta diciembre, a juzgar por lo que se implicó en esa campaña. En cunato a las otras consideraciones (amordazamiento de la crítica interna, arrebatar al PP el aprovechamiento del éxito de28-M y sometimiento al PP a un sobreesfuerzo), no son incompatibles con una jugada destinada a boicotear las elecciones desde dentro, pero creo que la tercera afectaría tanto al PP como al PSOE y el resto de partidos.
      Para mí, no cabe la menor duda de que esta fecha fue muy meditada (y quizás Sánchez se rodeó de su gente de más confianza) y de que las motivaciones fueron muy calculadas (y la que más pesó fue el intento de desnaturalizar la elección). Si Planeamos hasta una merienda en una hamburguesería, no es concebible que Sánchez no meditase muy bien una decisión en la que se jugaba tanto.

      Eliminar
    2. Esto último hay que tenerlo muy en cuenta. Y vete a saber lo que habrá en esa sentina de lo que desconocemos de este señor.

      Eliminar
  2. En cuanto a las previsiones de participación y de confusión en río revuelto hay quien piensa que este presidente a la baja actúa a la desesperada y se juega a la ruleta rusa la elección como última baza para probar suerte. No sé lo que pensará Su Sanchidad del papel que desempeña la participación en el resultado electoral. La inmensa mayoría de la clase política, de los periodistas y de los expertos o pseudoexpertos ha mantenido la tesis de que una baja participación favorecía a la derecha, topicazo que incluso me defendió Zapatero en persona con cierta displicencia cuando todavía no era secretario general. La experiencia demuestra que esa correlación entre alta participación y victoria de la izquierda no siempre funciona, como tampoco lo hace en sentido contrario.
    No sé si una posible baja participación es un efecto secundario deseado o no deseado por parte de Sánchez. Tampoco tengo claro que la mayoría de la gente que se vaya de vacaciones sean los ricos pijos que votan a la derecha y que los que no se pueden ir sean todos votantes seguros de la izquierda. No estamos en los años 30 del pasado siglo con esas correlaciones sociológicas tan rígidas con sus correspondientes ideologías políticas. Hay muchos currantes y gente humilde que vota a Vox y mucho pijoprogre que ha votado a Podemos y ahora lo hará por Sumar. El PP, el PSOE y el PNV son partidos interclasistas. En ciertos barrios más acomodados votan más PP y en los barrios obreros antes la gente votaba PSOE y PCE, Pero esta tendencia se está quebrando. En España y en Europa. Solo hay una ligera inclinación burguesa para el PP y de clase media baja para el PSOE, pero sin correlaciones biunívocas.
    Lo que sí tengo claro es que en esta recta final de la campaña hay un gran malestar y cabreo contra el gobierno y su nefando presidente. Y que al descrédito que se nota en las calles que Pedro ya no se atreve a pisar, al victimismo presidencial y su sensación lastimosa de acoso y de rechazo generalizado y al penoso inicio de la campaña electoral hay que añadir ahora el malestar por la fecha en la que se han convocado los comicios.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Partimos de la base de que estamos reflexionando sobre incógnitas, de las que las dos principales son estas: qué tendría Sánchez en su cabecita para decidirse por el 23-J y a quién acabará favoreciendo la abstención que esa fecha va a acarrear, si es que la acarrea. Sobre esta premisa, yo considero que Sánchez, entendiendo que unas elecciones normales las perdía de largo, ha optado a la desesperada por cargarse la normalidad a ver si suena la flauta. Sobre la abstención, yo creo que no ha hilado tan fino, ino que simplemente ha dicho: puesto que la mayoría va a votar contra mí, por simple proporcionalidad, si dejo sin votar a un millón de electores, la mayoría serían contrarios a mí.

      Eliminar
  3. Yo creo que la fecha del 23 de julio va a perjudicar electoralmente al presidente en disfunciones Pedro Sánchez, pues aumenta el descontento con el personaje por los siguientes motivos:
    1.Obliga a muchos ciudadanos a cambiar su fecha de vacaciones. Un trastorno.
    2.Va a dejar sin poder ejercer el derecho al voto a muchos electores a los que no les va a llegar la documentación antes de que tengan que abandonar sus domicilios. Hecho que aumenta el malestar ciudadano, contagiable entre vecinos, familiares y amigos.
    3.Trastorna las vacaciones de quienes sean llamados para formar parte de las mesas electorales, a los que les hará quedarse en sus localidades de residencia o a regresar a ellas de forma precipitada. Las multas por faltar injustificadamente a esa obligación cívica las fija el juez y pueden ser muy elevadas si el ciudadano en cuestión dispone de unos ingresos altos.
    4.Trastoca los planes de policías, personal de limpieza, delegados gubernativos y otras personas que trabajan el día D, que verán suspendidas sus vacaciones de oficio para estar en el colegio electoral un día clave.
    5.Provoca que la siempre extenuante jornada electoral, de 8 de la mañana a 12 de la noche, se celebre en uno de los días más calurosos del año en colegios que en su inmensa mayoría no tienen aire acondicionado. La jornada será un horno y un infierno. Más malestar.
    6.La sombra de la sospecha de las irregularidades del voto por correo, por los retrasos, el desbordamiento del servicio y las dudas sobre la custodia de millones de sufragios, una cifra récord, aumentarán el malestar y la desconfianza entre los ciudadanos respecto del gobierno.

    Habrá gente que se quede sin votar y que no pueda hacerlo porque no le llega el correo a tiempo. Habrá gente que se vaya ese día y desista de votar. Quizá ese finde se organicen atascos y congestiones en los trenes, aviones o barcos de veraneantes que quieren volver a casa para votar el 23J y que a lo mejor alguno no llegue para votar si hay algún trastorno en el viaje.
    Es dudoso que el previsible bajón en la participación, que Michavila estima no va a ser muy significativo, perjudique per se a la derecha o a la izquierda.
    Otro asunto es que de aquí al 20 de julio la cifra de la gente que no pueda votar sea muy significativa, lo que podría provocar una crisis política de consecuencias imprevisibles. Esperemos que la probada capacidad improvisadora de los españoles, un pueblo poco organizado y nada planificador pero que es maestro en la improvisación, minimice los efectos del desbordamiento del voto por correo. En caso contrario, posiblemente Sánchez y Serrano lamenten toda su vida haber convocaro elecciones el 23 de julio.
    Lo que sin embargo a mí no me cabe ninguna duda es que el malestar ciudadano originado por los numerosos inconvenientes que conlleva la convocatoria electoral en una fecha a todas luces tan absurda e intempestiva va a ser un factor más contra el gobierno que pesará como una losa en las urnas. Lo va a perjudicar electoralmente. Un pueblo que vota cabreado va a tener más razones para cumplir la máxima de Popper de que lo único que puede hacer en una democracia es echar al gobierno. “En una democracia consolidada, uno no vota para elegir el mejor gobierno, sino para sacarse de encima un mal gobierno.” Popper dixit. 

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy muy de acuerdo en ambas cosas: en que el factor cabreo generado por este castigo caprichoso del 23-J va a focalizarse como un rayo asesino contra Sánchez (en esto sí es posible que no haya calculado bien) y en que, si esto degenera en un caos injustificable y con resultado electoral patético, Sánchez, Serrano y quizás alguno más van a tener serias razones para lamentarlo.

      Eliminar
  4. Yo creo que subestima usted la fría crueldad cínica del sujeto y de los que lo apoyan, explícitamente u ocultos; de estos últimos muchos aliados extranjeros. De cualquier modo Sánchez no es anécdota, sino categoría de la deriva lógica del PSOE, como Rajoy lo fue de la del PP y Feijoo lo va a ser también. Deriva lógica que es la de la Nación Española cuando ya dentro de las murallas se ve lo que escondía el caballo de Troya; conocido como Constitución del 78.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El huevo de la serpiente era la apuesta autonómica, que ahora hemos visto que se diseñó mal, con unas fisuras que dejaban vía libre a traiciones y peligrosas aventuras. De todos modos, si el PP y el PSOE hubieran querido, esto jamás habría llegado al estado actual, que, una vez alcanzado, cualquiera sabe a dónde acaba llevándonos.

      Eliminar
    2. Qué optimista es usted! Se nota que es buena persona! Lo digo sin sarcasmo.

      Eliminar
    3. Así lo entiendo y yo pienso lo mismo de usteed.

      Eliminar
  5. Alarma ante el escándalo del voto por correo.
    https://www.eldebate.com/opinion/20230714/voto-correo-antes-preocupacion-hoy-alarma_128254.html

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tremendo. No sería descartable la impugnación electoral, lo que representaría un monumental escandalazo de gravísimas consecuencias. Si llegamos a esto, habrá que tomarse muy en serio lo que comentábamos en tu anterior comentario con respecto a Sánchez, Serrano y demás. Nos habíamos dejado por comentar un factor: el del precedente, que incluyo al final de mi artículo. El 1 de octubre de 2016 Sánchez quisó romper la normalidad democrática en beneficio propio, y ahora está intentando exactamente lo mismo. Entonces tuvo como sicario a Rodolfo Ares y parece que ahora le ha tocado a Juan Manuel Serrano. Sánchez ha sido (y sigue siendo) una catástrofe. Todavía estamos a tiempo de ver como un día se le inhabilita. Tarde temprano tendrá que rendir cuentas.

      Eliminar