Queridos cuatro gatos que leéis este blog:
Cuando dentro de unas horas amanezca otra luminosa mañana agostina, puede que alguno de vosotros, al igual que vuestro amigo el guachimán, haya leído ya dos notables artículos que publica "El Confidencial": uno de José Antonio Zarzalejos titulado España toca fondo y otro de Juan Carlos Monedero que se titula Hacia un debate constituyente.
Como puede verse, ambos son bien explícitos ya desde el título. En el primero, el señor Zarzalejos da un repaso a una serie de problemas y perspectivas de nuestra situación actual que la retratan como catastrófica, lo que le lleva a invocar una gran concertación nacional que los extremistas, según su opinión, no quieren. Dejo aquí una enumeración de los males que señala el periodista: la amenaza de un desastre socioeconómico, laboral y sanitario; el derrumbe de los sectores motrices de nuestra riqueza y empleo; la incertidumbre sobre los ERTES y la vuelta al trabajo y a los centros educativos; nuestra insuficiente preparación para afrontar los desafíos que se nos avecinan, debida al fracaso sin paliativos que ha supuesto el Gobierno de coalición; la estrategia de agitación subversiva que ha desatado Podemos para tapar sus vías de agua; la espantada de Juan Carlos I; el desgobierno y el caos político.
Es un muestrario elocuente, y también espeluznante, aunque en esto último creo que se queda corto, y para sostenerlo me basta con señalar hacia el otro artículo, en el cual Juan Carlos Monedero lanza sin ningún disimulo un torpedo contra el sistema constitucional, situando el alza de su mira telescópica en la monarquía, sobre la que propone un referéndum. Naturalmente, no estoy de acuerdo ni con la propuesta de cargarse esa monarquía que tanto odian el señor Monedero y otros seres angélicos y que ya solo por eso se hace simpática ni con la de laminar el "régimen del 78", por el motivo anterior y porque, con todos sus defectos, me temo que resultaría cien veces más democrático que lo que anda en la cabeza de cualquiera de sus detractores para sustituirlo. Además de esto, las razones de Monedero son en general tramposas: distorsiona la historia, omite las virtudes del sistema constitucional y le atribuye taras que no tiene; hay incluso un momento en que parece que culpa a Felipe VI de la epidemia del coronavirus, no os digo más.
Y si no os digo más es porque ese artículo tenéis que leerlo para daros cuenta de que, como decía más arriba, Zarzalejos se ha quedado corto, pues la cosa es cada vez más seria: sabíamos ya de largo que los podemitas (y los separatistas, claro) iban contra la monarquía y la Constitución del 78 con el cuchillo entre los dientes, pero creo que esto ya no es ningún chiste (si es que alguna vez lo fue): con el partido del señor Monedero en el Gobierno, cositas como ese artículo suyo deberían hacernos tomar conciencia de que existe una amenaza muy real de cambiar la monarquía constitucional de 1978, hoy tambaleante pero muy democrática, por una república que nos traerían personajes como Juan Carlos Monedero, Ada Colau, Jaume Asens, Pablo Iglesias o Gerardo Pisarello, a quien, por cierto, en su artículo tiene Monedero la desvergüenza de citar como "el constitucionalista Gerardo Pisarello", una autoridad política citando a una autoridad jurídica, vamos. No es un juego: esta gente quiere cargarse el sistema constitucional con el mayor de los empeños. Y no olvidemos que otros que vienen con el cuchillo entre los dientes y con todo su empeño son los separatistas vascos y catalanes, cada vez con más exigencias y cada vez con más pretensiones, que lo que quieren cargarse es España (a no ser que se les permita esquilmarla). Uno esto a las cosas que señala Zarzalejos y me pregunto: ¿soy yo el único que ve que España puede dar un petardazo?
Por cierto, otra cosa que me pregunto: ¿Pedro Sánchez qué piensa de todo esto?
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