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sábado, 25 de agosto de 2018

¿Y por qué feminista?

   Hoy se ha reunido en Quintos de Mora el Gobierno para empezar a diseñar la agenda política de cara al curso que muy pronto se iniciará. Entre las pautas que se han adelantado, destaca un anuncio difundido por el propio Pedro Sánchez en Twitter, esa pista de patinaje de nuestros tiempos en la que tantos batacazos acostumbran a darse los políticos actuales: que el Gobierno trabajará "por un país más justo y solidario, igualitario y feminista". No tengo la menor objeción al propósito de vivir en un país más justo, solidario e igualitario, porque la justicia, la igualdad y la solidaridad son aspiraciones humanas cuyo valor positivo es universal, lo que las haría beneficiosas y deseables para comunidades de cualquier época, lugar y circunstancia social, política, económica o cultural, incluso, paradójicamente, para aquellas que no las practicasen o las rechazasen. Sin embargo, el cuarto invitado a esta frase, el adjetivo "feminista", desentona por completo en la serie, ya que carece de la universalidad de los otros tres, pues el feminismo es una corriente ideológica, una opción filosófico-política particular con la que se puede estar de acuerdo o en desacuerdo, y no solo eso, sino que -ni la propia Carmen Calvo me lo podría discutir- junto a propuestas, concreciones y actuaciones muy loables, ha tenido en su historia otras muy desafortunadas.
   Así pues, debería hilar más fino Pedro Sánchez, porque desde su cargo está muy bien que intente reforzar en el país valores generales como la justicia, la solidaridad y la igualdad, pero puede ser un error el querer imponernos a todos opciones particulares, como es el caso del feminismo.
   Por muchas virtudes que tenga el feminismo o le quieran atribuir sus entusiastas -entre los que parece contarse nuestro presidente-, su inequívoco carácter partidario lo invalida automáticamente para una propuesta de carácter integrador, como deben ser las de los gobiernos democráticos. Conocidas las personales inclinaciones del ya expresidente Mariano Rajoy, ¿qué hubiéramos pensado si un día se hubiera despachado con un tuit anunciando que iba a trabajar "por un país más justo, solidario, igualitario y madridista"? No lo habríamos entendido muy bien, a pesar del excelso palmarés del Real Madrid. Pero, ya en serio: donde acabo de poner madridista y Sánchez ha puesto feminista, pongan ustedes, por ejemplo, derechista, progresista, comunista, socialista, papista, abortista, antiabortista, animalista, taurino, cristiano, musulmán, ateo, budista, vegano, puritano, nihilista, neoliberal, ácrata o creacionista. ¿Lo han visto, verdad? Se puede ir tranquilamente por el mundo -o, al menos, por los países más tolerantes- siendo cualquiera de esas cosas y, de hecho, muchas de ellas tienen millones de adeptos, pero serían inaceptables colocadas donde les he pedido. Exactamente lo mismo pasa con feminista. Insisto en que Pedro Sánchez debería medir bien sus declaraciones y, mejor todavía, sus  proyectos.  

8 comentarios:

  1. Medir, valorar, meditar, acaso dudar? Ha visto usted a doña Begoña? A buen entendedor, tiran mas dos tetas...

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    1. Como Madonna, pero en calladito.... La ambición rubia... y vacía...

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    2. Y otra diferencia, diametral en este caso: Madonna en lo suyo es muy buena.

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  2. Mucho me temo que la intención es (Divide y vencerás) convertir la sociedad en una nueva Babel en la que solo queda por ver, cuál de todos los grupos se instalará en la cima de la misma.
    Y quizá empezamos a perder el norte cuando, con la excusa de la diversidad, cambiamos el derecho de gentes por el derecho de grupos que buscaban no la igualdad sino la diferencia; diferencia por arriba, claro, basada en cuál de esos grupos era el más necesitado de solidaridad en función de la cantidad de ofensas recibidas en el pasado por el cual se les ha de pedir humilde y eternamente perdón.
    Ahora traslademos eso a la escuela. Normas y más normas (burocracia) de integración, inclusividad,... que lo primero que hacen es marcar y ahondar en las diferencias para separar en grupúsculos (identidades con derechos propios y exclusivos-excluyentes) como si ser personas no bastase para ser respetadas y, si es necesario, ayudadas o defendidas, pero por ser eso, personas, única y exclusivamente y en su totalidad.
    M.L.S.E.

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    1. Desde luego, el dominio de la política por grupos de presión que obtienen sus demandas no en función de lo justas, sino en función de la fuerza y mala hostia del grupo, es una falsificación de la democracia, por desgracia, demasiado común. Los gobiernos deberían atender las demandas en función de su justicia, su necesidad, su urgencia..., pero no en función de que lo pida un temible poder fáctico, llámesele homosexuales, feministas, empresarios, iglesia, militares, independentistas, banca o el que sea. Me temo que en España ya se gobierna en función de esto desde hace tiempo, de ahí que el desencanto con el sistema esté cada vez más extendido: el clientelismo y la falta de honradez de los partidos lo han desnaturalizado. Lo de la escuela ya es distinto: desde hace casi treinta años, está hundida por los disparates del poder fáctico buropedagógico. La democracia es el derecho de las personas, como muy bien señalas, no de los grupos: justicia, solidaridad e igualdad entre las personas, sin más aderezos. Con eso basta y tira muy bien.

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  3. Me sorprende encontrar aquí una acepción del término tan alejada de su auténtico significado. El feminismo no es una corriente organizada y sectaria sino el propósito de restablecer derechos humanos básicos.
    Las mujeres ya votamos, tenemos acceso a la educación en las mismas condiciones e, incluso, podemos tener una cuenta bancaria a nuestro nombre aunque estemos casadas. Pero todo es bastante reciente (lo último se consiguió en los 70) y fue gracias al feminismo.
    Sé que es difícil verlo desde fuera, pero os aseguro que aún queda bastante y que no consiste en ningún ataque a nadie. Esos ejemplos no indican lo mismo, pero sí podría haber añadido NO RACISTA y NO HOMÓFOBO. Si os parece que NO SEXISTA se entiende mejor, ninguna objeción por mi parte.
    Sobre la alusión a la esposa, no entiendo qué tiene que ver que sea guapa. Cada cual elige la pareja que quiere, y es lógico en este caso porque Sánchez también lo es.
    Sólo hay que informarse sin prejuicios para que todos nos entendamos mejor.
    Saludos cordiales .

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  4. Molina, la propia RAE da como primera definición de feminismo esta: el principio de igualdad entre las mujeres y los hombres, lo que en efecto lo situaría como un valor de carácter general, pero a mi juicio perfectamente integrado en los de igualdad y justicia (también aludidos por Sánchez), que son más asumibles porque nos abarcan a todos: hombres y mujeres. Cualquier hombre que realmente crea en los derechos humanos se escandaliza por la brecha salarial, el maltrato, la carga sobre las mujeres de las tareas domésticas o los abusos de carácter sexista, pero somos muchos los que estamos plenamente a favor de la igualdad entre hombres y mujeres y, sin embargo, no solo no somos feministas, sino que somos muy críticos con ciertos excesos procedentes del feminismo, el cual (hay una segunda definición de la RAE que así lo indica) es también un movimiento de carácter particular, que, por tanto, no puede presentarse como algo que deba envolver a toda la sociedad, como tampoco podría ser con -repito- cristiano, comunista o neoliberal, independientemente de los logros y aciertos (algunos de los cuales tú mencionas) del feminismo. Atendiendo a esto, es perfectamente admisible lo que dices tú de "no sexista", como los serían "no racista", "no homófobo" o "no totalitario", porque esas definiciones marcan algo muy distinto: el rechazo a conductas que no caben en una convivencia en igualdad de derechos. Un saludo.

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