Aunque Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo llevaban ya algún tiempo haciendo pública su idea de la necesidad de un referéndum sobre las medidas económicas del Gobierno, no había tenido hasta ayer (en un
artículo firmado por ambos en "El País") una oportunidad de ver una exposición por extenso de esta propuesta. Si analizamos el artículo de los secretarios generales de los sindicatos mayoritarios, lo primero que llama la atención es que es muy breve: ciertamente, media página no parece una extensión suficiente para desarrollar una propuesta de tal envergadura, y supongo que esta será la causa de las importantes carencias que presenta el artículo, el cual, por ejemplo, no adelanta siquiera una pista acerca de cuál debería ser exactamente la pregunta (cuestión importantísima en un referéndum) ni hace la menor proyección en torno a lo que debería suceder después de la consulta, la ganase quien la ganase. Profundizando un poco más, se ve que el artículo tiene los siguientes contenidos:
-En primer lugar, expone cuáles son las razones de la propuesta: la grave crisis económica que padecemos, la crisis social que esta ha desencadenado entre los españoles por motivos como el injusto reparto de las cargas, la creciente desconfianza hacia los políticos y las instituciones, la ausencia de las medidas más duras en el programa electoral del PP y el derecho de la ciudadanía a opinar sobre las políticas que los gobernantes le imponen. A esta exposición de razones dedica la mayor parte de su extensión.
-En segundo lugar, con bastante más brevedad, apela a dos fundamentos que legitimarían la propuesta: el artículo 92.1 de la Constitución y el precedente del referéndum sobre la entrada en la OTAN.
-Por último, con bastantes menos consideraciones de las que merecería, presenta las finalidades de la consulta, que quedan resumidas en las últimas líneas del artículo:
"Si a esto le añadimos que estas medidas las sufrimos todos pero nadie ha podido opinar sobre ellas, se entenderá que pidamos que el Gobierno convoque un referéndum para que la ciudadanía pueda expresar libremente su opinión sobre si este es el camino a seguir para superar la crisis".
Con todos mis respetos para Toxo, Méndez y sus sindicatos, me produce perplejidad que esta del referéndum sea o aparente ser su principal propuesta en un momento como el que atravesamos. Se me ocurren unas cuantas objeciones. La primera es la pregunta: ¿qué se preguntaría? Si atendemos al artículo, la pregunta tendría que ser: "¿Es este el camino a seguir para superar la crisis?" Imaginemos que el Gobierno (como suele suceder en los refrendos) gana y el Pueblo responde que sí: el resultado sería que deberíamos pensar que, en efecto, lo que está haciendo el Gobierno es lo adecuado, así que ¡adelante! ¿Es a esto a lo que nos quieren conducir UGT y CCOO? ¿A que podamos decir: "Esta política es una opción suicida y plagada de injusticias, pero el Pueblo la refrendó"? Espero que los sindicatos mayoritarios tengan ideas mejores que esta. Pero ¿y si sale que no? Entonces, ¿qué? Esa sería una situación muy delicada e interesante, y creo que Toxo y Méndez deberían haber tenido la entereza de decir qué piensan ellos que debería suceder en este caso. El guachimán sí la tiene y lo dice: el Gobierno debería dimitir, pero advierto un par de cosas: primera, que los gobiernos no suelen perder refrendos; segunda, que vendrían unas nuevas elecciones, y entonces, otra vez, ¿qué? ¿Un nuevo Gobierno salido de unas nuevas elecciones? ¿Es eso lo que quieren Toxo y Méndez? ¿Por qué no lo dicen claramente? ¿Y para qué se necesitaría un rodeo tan caro, absorbente y delicado como un referéndum, si el Gobierno que hay tampoco está claro que vaya a aguantar mucho? ¿Y realmente la tremenda crisis que atravesamos se resuelve SOLO con un nuevo Gobierno salido de unas elecciones?
Me temo que no; ciertamente, el actual Gobierno está penosamente agotado, pero es que Méndez y Toxo tienen razón: España atraviesa una tremenda crisis económica, social y política, en la que cada vez se ve más claro que son muchas y muy importantes las cosas que tienen que cambiar y que resolverse: banca, recortes, paro, injusticia, corrupción, crisis de casi todas las instituciones, desconfianza en la clase política, derrumbe del sistema autonómico... Eso es mucho y muy complejo, ¿qué resuelve un referéndum? En la delicadísima situación actual, las organizaciones como CCOO y UGT deben tomar conciencia clara de la coyuntura (que la tienen), posicionarse (deberían saber de qué lado están y dejarse de gestos confusos que acabaremos pagando todos) y adoptar con decisión posturas y medidas propias, coherentes y con contenido, sin esconder la cabeza debajo de ningún referéndum tan improbable como inútil. Estamos muy mal y podemos acabar peor; toca trabajar en serio.