Como a todos los sentimentales, me encanta la Navidad. Para mí, la Navidad es: reuniones familiares, frío, nieve (a veces), turrón y demás dulces, misa de gallo, la cantinela de la lotería del 22 de diciembre, el árbol, el belén, la alegría, los adornos, el olor a leña, las cenas y comidas diversas, Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo, Reyes y las comidas y cenas correspondientes, los regalos, los niños pegando botes por lo que les han puesto Papa Noel y/o los Reyes, las calles iluminadas, las luces que pongo yo, el mercado de figuritas y artículos navideños, la pandereta y la zambomba (en otros tiempos), el champán, las uvas, las campanadas, ¡Feliz año nuevo!, las felicitaciones...: ¿cómo puede haber gente a la que no le gusten las Navidades? Y, por si todo lo que he enumerado fuera poco, están además los villancicos. Voy a dejaros unos cuantos, empezando por uno tan clásico tan clásico que hay que cantarlo en latín: Adeste, fideles:
Y con Pavarotti, casi ná, ¡lo que se pierden quienes desconocen este blog! Seguiremos con otro clasicazo, El tamborilero:
Ah, ¿no sabíais que Raphael había cantado esta canción? Pues ya veis, así fue. Pero, si algo tiene el espíritu navideño, es su abrazo universal, así que vamos a dejar por un momento a los grandes de la música y vamos a ver Los pastores son, ese bonito villancico tradicional, interpretado por un desconocido grupo llamado Parranda castellana. Con su aroma de coro de parroquia o de casa de la cultura municipal, os lo digo en serio, este vídeo va a ser lo más puramente navideño del artículo:
Y ya que nos hemos puesto tradicionales, vamos con Los campanilleros, en esta extraordinaria interpretación de Arcángel en no menos extraordinario vídeo en blanco y negro:
Muy bien. Habrá biólogos que sostengan que los peces brincan porque son de esa curiosa especie voladora, por razones cinegéticas o por divertirse, pero la verdad es que no solo brincan, sino que además bailan, por ver a Dios nacido, al menos, en Navidad. Así nos lo revela la Escolanía del Escorial:
¡Ah, los pastores, cuánto pintan en los villancicos! En Pastores, venid, que aquí os dejo interpretado por la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid, se les convoca a la adoración del divino Niño recién nacido:
Villancicos extraordinarios y universalmente famosos hay por decenas, así que inevitablemente me voy a dejar bastantes en el tintero, pero esa no va a ser la suerte de Jingle, bells, uno de los más alegres que existen, o tal vez el que más. Aquí lo tenéis, con Papa Noel, sus renos, nevadas y postalitas enternecedoras:
Me arriesgaría a ganarme la enemistad de todos los niños del mundo (la mayor parte de los cuales leen este blog) si no rindiese homenaje a Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, así que será para mí un honor añadir a esta antología Ya vienen los Reyes(me gusta más que eso de Ya viene la vieja), de nuevo en las voces la Escolanía del Escorial:
En fin, si hay un villancico que no puede faltar en una antología que aspire a tal nombre es el universalísimo Noche de paz, con el que voy a cerrar esta selección que os ofrezco. Para que veáis lo mucho que da de sí, os voy a dejar cuatro versiones. La primera, más tradicional, a cargo del Coro Lírico Miguel de Cervantes, en un directo en la catedral de Alcalá de Henares, tan directo tan directo que hasta se oyen toses:
La segunda, más a lo moderno, está interpretada por un grupo femenino que se llama Ventino:
La tercera y la cuarta ya serán más a lo grande. La primera está a cargo de la orquesta JMJ, con Anne McMillan e Iliana Sánchez:
En la segunda oiremos brillar (¡toma ya sinestesia!) a la incomparable voz de Ainhoa Arteta:
Espero que os hayan gustado estos villancicos que os he seleccionado. Aún faltan un par de semanas para Navidad y no me gusta adelantarme a las fechas, pero esta vez me ha parecido bien hacer una excepción. Os deseo que paséis unas muy felices fiestas.
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