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martes, 28 de julio de 2020

El presidente del Consejo Escolar del Estado y las tres vías para la enseñanza secundaria

    Publica hoy "El País" un artículo en torno a ciertas consideraciones de Enrique Roca, presidente del Consejo Escolar del Estado, las cuales se sustancian en tres propuestas: reducir al máximo la repetición de curso, suprimir el título de ESO y abrir una vía alternativa al bachillerato y la FP, es decir, elevar a tres las actuales dos vías educativas que se ofrecen tras acabar la ESO. 
      En lo referido al tan traído y llevado asunto de la repetición, el señor Roca recurre al tradicional procedimiento de comparar nuestros niveles con los de otros países, el cual tiene escasa consistencia, pero mis razones contra este y otros argumentos las expuse en el artículo que escribí hace no mucho sobre este asunto, y allí las podréis ver los que queráis. En cuanto a las propuestas relativas a la titulación y las vías alternativas, quiero deciros que me siento muy dichoso de que tan alto representante educativo aborde estos temas, pues los considero importantísimos, tanto que constituyen lo esencial de mi artículo Por una seria modificación de la Enseñanza Primaria, de hace algo más de un año, en el cual expuse una propuesta sobre la estructura de nuestro sistema educativo que concedía gran peso precisamente a esos dos capítulos, tan mejorables en su actual estado, y en ella abogaba por la implantación de tres vías: Bachillerato, FP y otra a la que denominaba Educación Secundaria Básica, pues a mi parecer la elección debe hacerse ya al acabar la primaria, que considero que debe durar hasta los catorce años.
       Por tanto, también representa para mí un gran motivo de satisfacción que el señor Roca se ponga de mi lado y proponga un sistema de tres vías, porque esto supondría un cambio crucial, ya que terminaría por fin con muchos problemas graves de nuestro sistema: la inapropiada división de sus etapas, el café para todos, la falta de ofertas válidas para los alumnos que -por lo que sea- suspenden o la endémica infravaloración de la FP, salvo para lo que hoy son los ciclos de grado superior. Y es que hay que decirle a don Enrique Roca que la LOGSE y sus descendientes no han sido tan buenas como él parece creer, como hay que señalar una vez más y las que haga falta que la creación de una tercera vía es una propuesta ya vieja: al menos en 2010, el Manifiesto de Maestros y Profesores que impulsamos desde Deseducativos ya la puso sobre el tapete y lo que vuestro amigo el guachimán hizo el pasado julio fue elaborar un desarrollo y unas concreciones del modelo que aquel documento proponía.
      Así pues, el señor Roca hace una propuesta que creo que es muy buena y que traería muchos beneficios, pero el problema es que la formula incluida en un paquete que la estropea. Aparte de su inadecuado enfoque de las repeticiones de curso, que se entienden mal si no se abordan desde el conocimiento de cómo son y lo que hacen la mayoría de los alumnos que repiten y desde la asunción de que nuestra enseñanza padece el mal del aprobado regalado, comete el error -de gran calibre- de proponer la supresión de los títulos. Al contrario de lo que él afirma, estos no son algo así como el objetivo un tanto vacío de una etapa educativa, sino la constatación oficial de que quien los posee está capacitado para acceder a etapas superiores en virtud de ciertos conocimientos demostrados. Es decir, el título no es solo el papelito que colgamos en la pared o la llave que nos abre la puerta para ascender en nuestros estudios -que también-, sino sobre todo la certificación de que poseemos unas capacitaciones y unos conocimientos que dan viabilidad y motivación a ese ascenso. Visto así, la importancia del título procede ante todo de esos conocimientos y capacitaciones que acredita, y eso es algo de mucha sustancia. Para obtenerlo, los alumnos se han visto obligados a estudiar, aprender y mejorar. Como señalo en mi artículo sobre la primaria, uno de los grandes problemas de nuestro sistema es que flojea en la incentivación hacia el estudio y en la presentación al alumno de retos que deberá superar si quiere obtener algo que le interesa. Si quitamos los títulos, arrebataremos a nuestros jóvenes esas metas que les obligan a esforzarse para mejorar, por eso una de las cosas que hago en mi propuesta es sugerir que se refuercen y clarifiquen.

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