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lunes, 24 de febrero de 2014

Preguntas para Lucía

   Seguimos a vueltas con el debate de La 2 en el que Alberto Royo se las vio con María Acaso y Sebastián Barajas, un debate teóricamente sobre educación y un tanto estéril, ya que, mientras Alberto iba a hablar de educación con razonamientos, los señores Barajas y Acaso iban a vender libros con falsedades o disparates, y así no hay manera de entenderse. Pero el bueno de Alberto ha cometido el pecado de irritar a la secta y eso se paga. En la gloriosa época de Deseducativos, recuerdo muy bien que, especialmente con los artículos que eran más demoledores contra sus incongruencias teóricas o sus ocultos intereses materiales, se nos echaba encima una legión de trolls, generalmente de muy mal estilo y con ataques de la peor intención. La inmensa mayoría, por supuesto, se ocultaban bajo el anonimato o avatares que no conducían a ninguna parte. ¿Le estará pasando esto a Alberto? Lo digo porque, a raíz de su mención de la sonata en el antedicho debate, alguien que dice llamarse Lucía y ser profesora de Dibujo en secundaria, le lanzaba estas tres preguntas:
   1.- ¿Para qué enseña una sonata a sus estudiantes de educación básica? De verdad, tengo curiosidad, ¿cuál es la finalidad?
   2.- ¿Lo consigue? Él tiene muy claro que su método memorístico le funciona. Yo tengo grandes dudas de que sus estudiantes aprendan algo.
   3.- ¿De verdad no le parece más prioritario transmitir amor a sus estudiantes de secundaria por la educación musical, que enseñarles lo que es una sonata?
   Las preguntas, sin la menor duda, rezuman veneno, por eso me digo: ¿será esta Lucía como aquellos trolls de presa que se nos lanzaban a la yugular en Deseducativos? La respuesta de Alberto en su blog es de la esperable elegancia, podéis verla pulsando el enlace. Por lo que a mí se refiere, se me ocurren unas cuantas preguntas para Lucía. Ahí van:
   1.- ¿Leerá usted la respuesta de Alberto? Churchill decía que valiente es aquel que primero es capaz de levantarse y hablar y después de sentarse y escuchar. ¿Será usted de los que valen o de los que se creen que valen?
   2.- Si va usted y lee, ¿responderá? ¿Lo hará en unas condiciones en que podamos saber quién es o se ocultará diciendo que es una de las miles de Lucías (si es que de verdad se llama así) que hay en el mundo?
  3.- ¿Conoce usted lo que es el respeto a la profesionalidad de la gente? ¿Por qué, en tal caso, se descuelga preguntándole a un profesor de Música para qué enseña lo que enseña?
  4.- ¿De verdad es usted profesora? ¿Cómo entonces rezuma su primera pregunta tanto desprecio hacia el trabajo de sus colegas, tanto desprecio hacia lo que es la cultura, tanto desconocimiento de lo que es una programación educativa y a lo que obliga y tanta ignorancia del carácter general, universal y de inmersión cultural que debe tener la educación básica?
   5.- ¿Por qué utiliza ese desafortunado y hostil "De verdad, tengo curiosidad"? ¿Es que Alberto le ha hecho algo? ¿Es que por el hecho de no pensar como usted ya es un enemigo? ¿O es que no le han enseñado a usted modales? 
   6.- ¿Tiene usted problemas de comprensión? En el debate Alberto no dijo en ningún momento que su método fuera memorístico, solo hizo algo tan razonable como defender a la importante capacidad que es la memoria contra los embrutecedores y disparatados ataques del señor Barajas. 
   7.- ¿Tiene usted el poder de la videncia? ¿Cómo son entonces tan serias sus dudas de que Alberto consiga buenos resultados? ¿Ha estado alguna vez en sus clases? ¿Cómo entonces se permite dudar en público tan seriamente sobre el trabajo de un profesional? ¿Sabe usted lo que son el respeto y la vergüenza?
   8.- ¿Tiene complejos o alguna otra razón personal que la impulsen a estar tan preocupada por el éxito de otros?
   9.- ¿Dónde ha aprendido usted a escribir? ¿Se da cuenta de que su tercera pregunta es un galimatías? No se sabe muy bien quién tiene que adquirir amor a qué, pero se deduce más o menos que usted, que afirma ser profesora de Dibujo, tiene la osadía de decirle a un profesor de Música lo que tiene que hacer en su asignatura: ¿quién se ha creído usted que es?
   10.- Y ya que se mete a consejera, ¿ha meditado bien los consejos que da? Parece que usted le aconseja a Alberto que transmita a sus alumnos amor por la educación musical: ¿no sería más razonable que les transmitiera amor por la música? ¿O es que usted, tan chachiguay como parece, pretende que los alumnos amen a las asignaturas? ¿O quizás le anima a que intente convertirlos a todos en profesores de música? ¡Qué furores pedagógicos!
   11.- Esta pregunta ya más o menos se la hace también Alberto: ¿a que usted es de esos que se ponen la camiseta verde y reniegan de la LOMCE y piden la cabeza de Wert? Pues sepa que para este señor también existen enseñanzas "inútiles", me temo que usted y él estarían muy de acuerdo en que vaya tontería eso de ir explicando la sonata. ¿Por qué no se anima y le presenta su currículum? A lo mejor la ficha como asesora.
   En fin, empezaré por negar la mayor: me temo que esta Lucía ni se va a molestar en leer las respuestas de Alberto, en cuyo blog, por si acaso, voy a incluir un comentario invitándola a que lea estas preguntas que le hago. Ya le digo de antemano que respete las reglas, porque me encanta borrar los comentarios de los trolls zafios y anónimos. Esta Lucía me recuerda a una profesora de apoyo que conocí, una de las peores profesionales con las que he coincidido. Compartíamos unas alumnas de integración y esta señora se me descolgó un día viniendo a preguntarme por qué les enseñaba a las niñas a medir versos. Respuesta: porque forma parte del programa. Con eso, frente a los "profesionales" que se descuelgan con sandeces inapropiadas, basta y sobra. Esta era también muy psicóloga, muy emocional y muy antimemoria. Un día me enteré (me lo dijo ella misma) de que no leía los libros de lectura que les ponía a las niñas, sino que se limitaba a mirarse el resumen de la contraportada. ¡Tócate las narices con los emocionales y enemigos de la memoria!
   12.- Lucía, ¿usted es como esta? 

10 comentarios:

  1. De nuevo me permito (verá que osadía no me falta) felicitarTE por la agudeza de tu análisis y por lo acertado de tus preguntas a la tal Lucía, aunque dudo que su calidad como docente, y tal vez como persona, le hagan acreedora a tanta atención. Concuerdo plenamente en el fondo y en la forma de todo cuanto dices. No podría ser de otro modo si uno está fuera del mundo de los trolls. No sé con cuál de todas las interrogantes planteadas me quedaría, siquiera por destacar alguna, pero creo que elegiría la número 8: ¿Tiene complejos o alguna otra razón personal que la impulsen a estar tan preocupada por el éxito de otros? Ni que decir tiene que en mi interior repta inquieta la respuesta. Me imagino que en tu cabeza pasa lo mismo. Coincido contigo en que ni leerá ni contestará, aunque, honestamente, me gustaría tanto equivocarme al respecto... Un saludo y enhorabuena por la entrada.

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  2. Gracias, Manolo. No sé si tú conociste Deseducativos. En esa página, como éramos muy beligerantes contra la LOGSE y el pedagogismo, y, después, por diversas razones, nos hicimos también bastante crudos con la concertada, nos llegaban de todos los colores. Hubo una vez un artículo de alguien criticando los PCPI; bueno, pues a este, incluso ya pasado bastante más de un año, le seguían llegando comentarios de alumnos de PCPI reales o supuestos alabando esta rama y, a veces, poniendo a parir al autor del artículo. Los insultos, las descalificaciones, las groserías, las provocaciones y las identidades falsas eran lo más corriente, así que aquello fue un buen banco de pruebas. Aprendí una cosa: que, como a todos los impresentables, a los trolls, les fastidia enormemente que les des su propia medicina, curioso, ¿no? Esta Lucía yo creo que debe de ser algún amigo o amiga de María Acaso, porque es de su misma especialidad. Lo típico: movilizaron a su tropa para que hiciesen de hooligans en el programa, como en los de Belén Esteban con los SMS. Y, por cierto, veo ahora que me había dejado un par de preguntas en el tintero. Voy a añadirlas. Un saludo.

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  3. Efectivamente, recuerdo el blog que mencionas. Incluso leí varios de sus artículos y lo que se me ha quedado de ellos se ajusta perfectamente a los rasgos que describes. Yo también ando en beligerancia, a mi modo, contra el pedagogismo y contra todo lo logsiano. Aún recuerdo a cierto inspector de educación, antiguo maestro de primaria que, cuando le había tocado ser docente, se había hecho famoso por introducir la técnica de rodar películas de cine durante las clases para motivar a sus alumnos, los cuales, por cierto, procedían de uno de esos barrios marginales llenos de emigrantes que ni dominan el idioma y de presuntos estudiantes que ni saben lo que es sentarse a estudiar. Se pasó muchos años sin enseñarles ni una palabra de nada, simplemente rodando rollos y rollos de película. Pues bien, nos reunió a todos los profesores del instituto en el que yo estaba por aquel entonces y nos dijo que con un simple ejemplo nos iba a explicar en qué consistía la LOGSE: "esto es un todo interrelacionado (aún tengo viva la imagen de sus dedos menudos y rechonchos entrelazándose con los de la otra mano con el fin de intentar representar mímicamente lo que con la palabra le iba a resultar tan difícil) así que cuando el profesor de Lengua, por ejemplo, en mitad de un texto en clase se encuentre con el término célula, deberá inmediatamente dirigirse al profesor de Biología y pedirle que le refuerce el concepto de célula con el fin de poder explicárselo mejor a sus alumnos de Lengua". Las miradas de asombro entre los presentes componían un poema de una bella elocuencia. Tipejos así, renegados de la tiza (y por ende del conocimiento, la sabiduría y la transmisión de ambos) se han venido ganando la sopa boba a base de alejarse del esfuerzo y parapetarse en la charlatanería de los cómplices listos, tan oportunistas a la vista de que la LOGSE iba a dejar mucho resquicio a la proliferación de la vagancia. Ese y no otro es, a mi juicio, el gran mérito de los pedogogos (la grafía es intencionada): haber detectado la inminente aparición de un ejército de vagos dispuestos a tragarse cualquier cosa con tal de no tener que seguir afrontando el duro ejercicio de una profesión que, llevada como es debido, es exigente como ninguna. Qué te voy a contar, ¿verdad?
    Es una retroalimentación muy perversa.
    En lo que puedo, yo les saboteo desde dentro todas sus iniciativas, pero sobre todo me esfuerzo muchísimo a la hora de dejarles en feo ante los alumnos, a quienes me empeño en demostrar que sus esfuerzos, a la larga, sirven de verdad para ser mejores personas y para estar mejor formados. De momento, la cosa me funciona. Lo malo es que a una exigencia hay que sumar la otra. Veremos lo que dura el resuello. Felicidades de nuevo por la cordura y por mantener el tipo detrás del blog. A algunos nos sirve de estímulo.

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  4. Gracias, Manuel, aunque veo que tú eres otro partisano. Los sistemas abyectos, autoritarios, sectarios y corruptos como es la LOGSE y va a ser la LOMCE, que no se le diferencia tanto, siempre se sirven de la colaboración interesada e inescrupulosa de los más inútiles´, cobardes e inmorales. Acerca de esto, escribí dos artículos en Deseducativos que levantaron alguna que otra ampolla, estos:
    http://papabloblog.blogspot.com.es/2009/09/el-pancismo-escolar.html

    http://papabloblog.blogspot.com.es/2011/01/el-papel-de-la-inspeccion.html

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  5. Excelente réplica, amigo Pablo. ¿Tanto veneno había en las preguntas? ¿Me estaré haciendo mayor? Un abrazo

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  6. ¡Si tú te está haciendo mayor...! Yo les veo bastante mala uva, la verdad, y empiezo por dudar de todo lo que dice sobre sí misma la tal Lucía. Un abrazo para ti.

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  7. Perdón, sr. Guachimán, por el retraso no en contestar, sino en confirmar que me he leído los artículos mencionados. ¡Ojo! (esto es por si están por ahí espiando el Barajas y la Acaso): enteritos y dos veces, para interiorizarlos bien. Y, por cierto, pasando de si me encontraba motivado o no: cuando el interés no es mayor que la motivación no podemos hablar de un ser humano (los citados no lo entenderian ni después de cien vidas).
    A lo que vamos: tienes más razón que un santo y tan extensa y bien diseñada argumentación es categórica y aplastante. Suscribo todo lo expuesto.
    Un saludo, y me alegro de haberte conocido y poder seguir este blog.

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  8. Yo también me alegro de seguir el tuyo, Manuel. El asunto de los inspectores es crucial, porque han sido algo así como la fuerza de élite del mantenimiento de esto, sin vacilar muchas veces en llegar a lo represivo. Hace un par de días, me comentaba un amigo que a uno de ellos, a un exdirector de área y a una exconsejera de educación los van a juzgar por prevaricación en Castilla La Mancha por represaliar a una profesora. El modelo ese que dibujas tú en tu comentario anterior es paradigmático: un fugitivo de la tiza ignorante que se imagina además que los demás son idiotas a los que puede engañar con memeces. Un saludo.

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  9. Pablo, con tu permiso enlazo tu blog. Parece que en los últimos tiempos el espíritu deseducativo renace. No hay manera de tragar tanta tontería...Un saludo.

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  10. Faltaría más, Borja. Me alegro de reencontrarte. Un abrazo.

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