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miércoles, 16 de octubre de 2013

Vasili Arkhipov

 
 
   A este guaperas de la foto, que se llamaba Vasili Arkhipov, es posible que le debamos usted y yo el estar vivos, y la humanidad, el seguir existiendo. Supe de su figura y de la crucial intervención suya que muy probablemente nos salvó hace unos días, viendo en La 2 un programa sobre la crisis de los misiles entre Estados Unidos y la U.R.S.S. de 1962.
   ¿Cuál fue esa intervención del señor Arkhipov? El 27 de octubre de 1962 (se van a cumplir dentro de nada cincuenta y un añitos), el submarino en que prestaba servicios fue acorralado por una docena de navíos estadounidenses, que lo hostigaron con cargas de profundidad. Ante esa situación, el capitán del submarino pretendió lanzar un torpedo nuclear, para lo cual debía contar con el consenso de otros oficiales, entre ellos, Arkhipov, que no solo fue el único que rompió el consenso, sino que, además, posteriormente, persuadió al capitán de que abandonase esa idea. De haberse lanzado ese torpedo, los norteamericanos habrían replicado y se habría iniciado el temido intercambio de bombazos nucleares, baile para el cual, por cierto, China habría quedado invitada, puesto que después se supo que entre los planes inmediatos de réplica americanos estaba un ataque al coloso asiático. Esto no ha sido lo único que se ha sabido mucho después: también se han conocido datos que ponían de manifiesto que el mundo estuvo realmente al borde del desastre nuclear.
   Como también más tarde se supo que los dos líderes envueltos en aquella crisis (J. F. Kennedy y Nikita Jrushchov), los cuales, aunque parezca otra cosa, hicieron enormes esfuerzos y concesiones para detenerla, se ganaron por su "blandura" la repulsa de los halcones de sus respectivos países. Lo que sí es de dominio público es que el norteamericano murió asesinado muy poco después y el soviético fue defenestrado. Aun con sus errores a cuestas, hoy se reconoce que en aquella ocasión lo que aportaron fue cordura.
   Como también la aportó Vasili Arkhipov, en un episodio apartado de la atención pública, pero tan definitivo como el que más. ¡Qué suerte tuvimos con que aquel día hubiera en el submarino soviético al menos un oficial templado y sensato! ¿Cuántas veces una catástrofe o una desgracia habrán sido evitadas por personas heroicas y anónimas como él? Y, mirado por el lado pesimista, ¿cuánto poder destructivo está en manos de personas como los otros oficiales, que estaban dispuestos a lanzar el bombazo? Mejor no saberlo, mejor pensar que, en el último momento, siempre aparecerá un Vasili Arkhipov. 

2 comentarios:

  1. No conocía el caso del submarino soviético y la actuación de Vasili Arkhipov, que este curso estrá su imagen y lo que hizo en mis clases sobre la Guerra Fría. Su nombre merece que llegue a las aulas.
    También está la actuación crucial en esta crisis de otro personaje: Robert Kennedy, que era Fiscal General. Ante una de las últimas comunicaciones soviéticas, casi un ultimatum amenazador, Robert Kennedy tuvo la inteligencia diplomatica de que la respuesta por parte estadounidense fuera como si no se hubiera recibido y la contestación fue completamente conciliadora..., por parte soviética se dieron cuenta también del error que habría supuesto una respuesta americana en el mismo tono y comunicaron que retirarían los misiles.
    Robert Kennedy también murió asesinado.

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  2. Ciertamente, da que pensar. Por un lado, se habla de la maldición de los Kennedy, que queda muy novelesco, pero si a casos como el de Robert y John, unes el de John John, de hace unos años, aquel chico joven que murió pilotando una avioneta...; pero, por otro, los asesinatos políticos son asesinatos políticos, no maldiciones. En cualquier caso, a.cabo de echar un vistazo a lo que se dice en Internet acerca de la muerte de Robert y no parece tan cargado de incógnitas como lo de JFK; si hay algún elemento común, parece ser el de que ninguno de los dos les gusta a los fanáticos. Me alegro de que incorpores al señor Arkhipov a tus clases.

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