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jueves, 6 de diciembre de 2012

Lenguas, independencia e independentistas

   Sabéis que tengo la firme convicción de que el independentismo, el separatismo, el soberanismo o como se quiera llamar es un mal que ha hecho mucho daño a España y al intento de consolidar una democracia que hemos abordado en las últimas tres décadas, intento que hoy en día parece bastante menos acabado de lo que algunos creíamos. Los partidos nacionalistas, con sus posturas violentas (que nadie olvide que ETA y Batasuna son nacionalistas), sus continuos desplantes, sus sistemáticas políticas antisolidarias y sus provocaciones desestabilizadoras, como el por fortuna olvidado plan Ibarreche o el actual disparate del referéndum de Mas, han sido una permanente rémora, una fuente de discordias absurdas e inagotables y un motivo de desperdicio de energías cuyo peso resultaría difícil de calcular, pero que sin duda es considerable. ¿Y todo por qué? Por unas fabulosas aspiraciones de independencia que resultan insostenibles a poco que se miren la historia de España, el mapa, nuestras leyes y los ámbitos políticos, sociales, económicos y culturales del país, realidades todas que nos demuestran que, por mucho que existan unas lenguas vasca y catalana muy respetables, Cataluña y el País Vasco son tan españolas como Villanueva de la Serena, por poner un ejemplo.
  El último episodio, muy preocupante, es el desafío en el que se ha embarcado Artur Mas con su referéndum y su autopersuasión de que Cataluña va a ser independiente porque él lo dice. El tono chulesco y desafiante de Mas con su referéndum sí o sí (¡qué palabras en un supuesto líder democrático!) se ha ido elevando con capítulos como aquel de Felip Puig y la intervención de los mozos de escuadra o el del desafortunado intento de boicot a Carmen Machi por haber tenido la osadía de firmar un manifiesto, y ha alcanzado hoy un nivel esperpéntico con el "posicionamiento" del F. C. Barcelona acerca de la inmersión lingüística. Como seguidor de este equipo, me pregunto: ¿quién se ha creído el señor Rosell que es para arrimar al equipo a su propia ideología? Habrá que recordarle que independentistas catalanes son unos cuantos cientos de miles quizás, mientras que seguidores del Barça somos millones y, de estos, somos catalanes y no independentistas un número mucho mayor me temo que lo que él se imagina. El Barça es un equipo de fútbol, no una cancillería de notas politiqueras desafortunadas ni el arma arrojadiza de ninguna bandería. Que oiga un consejo de un catalán que lleva muchos años valorando cómo se estima a Cataluña en el resto de España: si quiere que nuestro equipo se convierta en un conjunto odiado y pitado en todos los campos, solo tiene que seguir adelante con estas estupideces.
   Por lo demás, por mucho que yo esté en desacuerdo con el PP y el señor Wert en muchas cosas, cualquiera que sea razonable deberá reconocer que la dictadura lingüística  que en Cataluña se esconde bajo el eufemismo de "inmersión lingüística" debe pararse, pues no resiste el menor análisis en una democracia. De este modo, si no procediesen de alguien de CiU, sorprenderían el chulesco desplante de la consejera Irene Rigau y sus hipócritas quejas, según las cuales, el catalán está siendo perseguido. Voy a plantearos una cuestión: ¿en qué idioma reconocen hablar los estadounidenses, los canadienses o los australianos? En inglés. ¿En qué idioma reconocen hablar los brasileños? En portugués. ¿Y qué hay de los mexicanos, argentinos, uruguayos, colombianos, peruanos...? No parecen tener problemas en decir que hablan en español. Los hablantes de todas estas lenguas tan extendidas parecen estar orgullosos de ellas, y a nadie se le ocurre la majadería de decir que él habla en australiano o en hondureño. Ahora bien, ¿qué ocurre en el espacio cultural del catalán? En primer lugar, que existe un término que usó el otro día la señora Rigau, "paísos catalans", que irrita profundamente a valencianos y baleares, que ven en él un espíritu anexionista de los catalanes; en segundo lugar, que, hablándose en Cataluña y Valencia la misma lengua, los valencianos tienen estipulado en su estatuto de autonomía que lo que ellos hablan es el valenciano, que es como si mañana los de Zamora se descolgasen diciendo que ellos no hablan el español, sino el zamorano. ¿A qué se deben estas insensateces? A que hay por ahí metido demasiado "identitarismo". 

4 comentarios:

  1. Esperaba, amigo Pablo, algún artículo tuyo sobre el descalabro de Mas(tuerzo). Suscribo todas tus acertadas palabras. La verdad es que la ruindad de los nacionalistas no parece conocer límites. Según dijeron en la televisión, el motivo principal por el que los catalanes favorables a Mas se querían separar del resto de España no es, en sí, la identidad, sino la economía. Pensaban (o piensan) que lo que ellos llaman España es un lastre para su recuperación económica. El momento de sacar la banderita separatista es, precisamente, cuando la economía nacional está maltrecha. De lo cual se deduce que si la economía española fuera viento en popa (como así parecía cuando la burbuja flotaba sobre las testas), los separatistas tendrían arriada la bandera o, al menos, a media asta. Qué exhibición de oportunismo. Bueno, y, en realidad, eso es lo que ha ocurrido hasta ahora. Las soflamas independentistas eran en tono menor, sólo para importunar lo suficiente con el plato del pedigüeño que se hace la víctima del estado central. Es decir, hemos pasado de un independentismo parásito y vergonzosamente nada vergonzante, a un independentismo orgulloso que, al fin, se reconoce más rico y poderoso que el resto de España. Siempre se han quejado de ser una región que daba más a España (así se expresan ellos) que lo que de ella recibían. Pero nos cabe una sospecha: ¿no será que os queréis separar ahora porque ya la teta central se ha resecado en el dispendioso delirio autonómico? Me parece que sí. Y, en tal caso, no os queréis separar porque (según) vosotros deis más de lo que recibís, sino justamente por lo contrario: porque entendéis que ya no podéis sacar más tajada de esa España que tacháis de explotadora.
    Bueno, lo dejo aquí, Pablo. Que me entra un cabreo.

    Raus.

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  2. Antonio, al hablar del peso de los nacionalistas y de lo lejos que han llegado, yo siempre recomiendo que se eche un vistazo a los periódicos de hace 30 años: ni de lejos hubieran llegado entonces a soñar que estarían donde hoy. La torpeza y la ceguera de PP y PSOE, que llevan todo ese tiempo pactando con ellos y pagando con exceso sus apoyos parlamentarios les han dado alas; únele que ellos no tienen límites ni escrúpulos y está hecho. Acerca de los escrúpulos, mira esto: http://ecodiario.eleconomista.es/interstitial/volver/orangesubv/futbol/noticias/4452884/12/12/Messi-sobre-Wert-Aprendi-en-catalan-y-no-fue-un-problema-al-contrario.html
    Los ejemplares chicos de nuestra prensa no han vacilado en tirarle de la lengua a Messi para manipularlo. La falta de escrúpulos está en esto: primero: ¿desde cuándo se pregunta a la gente ajena a la política por sus pronunciamientos políticos, que pertenecen a la teóricamente inviolable intimidad de las personas? ¿Le preguntan a Arguiñano por los conciertos fiscales vascos? ¿Le preguntan a José Tomás a qué partido vota? Estos periodistas hispanos se paran ante pocas barreras. Segundo: jugaban asquerosamente sobre seguro, porque, por muy superestrella que sea Messi, habida cuenta de la presión que el nacionalismo y el propio Rosell han creado en torno a esto, ¿qué otra cosa iba a hacer que pronunciarse de manera que estos sectores no se dieran por ofendidos? Esto es muy sucio. Ahora mismo, el grupo Prisa y otros sectores "progresistas", con tal de joder al PP, le están haciendo el juego a CiU y sus inadmisibles propuestas. Fernando Savater recuerda en una carta en El País del 7 - XII - 2012 que lo que está haciendo el PP en este asunto es seguir la línea que ha marcado el TC ante denuncias por abusos cometidos por la Generalitat en materia educativa y lingüística.

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  3. Totalmente de acuerdo, Pablo. Lo de Messi, que lo desconocía, raya en lo bochornoso. Todo este juego sucio que no tropieza con ningún escrúpulo deontológico y que recurre al mensaje emocional hasta enfangarse en lo más bajuno del ser humano, en la más depurada demagógica, me recuerda las insidias políticas preelectorales de nuestros amigos estadounidensens, siempre tan prestos a airear cualquier trapo sucio del oponente con tal de infamarlo ante el electorado. Pero lo peor de todo, querido amigo, no es que nuestros más altos representantes (por así llamarles) caigan tan bajo. Lo peor es que toda esa prensa amarilla o marrón cause efecto en el electorado. Y es que son ya muchos años de darle cancha y vía libre a la parte más mezquina del ser humano, muchos años de celebrar, en todos los medios, el chisme, la sensiblería, la habladuría, la difamación, el cotilleo más pestilente... Al final, ese "todo vale" tan arraigado en la prensa y en la misma ciudadanía, también ha prosperado en nuestras instituciones y la política toda. Al fin, mires donde mires, verás un insufrible charco de ranas.
    Y esa hedionda connivencia entre los sectores progresistas para joder al PP, tampoco puede extrañar nada. La dignidad compadece mal con el "todo vale" posmoderno. Y a posmodernos, nosotros, que somos más papistas que el papa, no nos gana nadie.
    PP y PSOE han alimentado un monstruo, y nada debería sorprenderles que ese monstruo se levante algún día con una voracidad incontenible. De momento, nos hemos librado de la dentellada independentista en su más cerril expresión, pero como, me temo, nuestros políticos centrales seguirán haciendo apología de la famosa pluralidad regional y autonómica de España con tal de mantener apoyos autonómicos espúreos, antes o después veremos resurgir la fiebre separatista. Como tú bien señalas, a estos excesos no se llega así como así. Han sido muchos años cebando a la criatura.
    Creo, o me temo, que llevamos muchos tiempo jugando con pólvora, que hemos encendido demasiadas mechas, y que, ahora, demasiadas cosas se nos han ido de las manos, con resultados incontrolables e impredecibles. Una de esas mechas es ese nacionalismo de que estamos hablando. Pero hay muchas otras, chisporroteando hacia su explosivo destino. En la educación, como harto sabes, ha ocurrido igual: los excesos hiper-democráticos e hiper-igualitaristas, con ese juego electoralista de regalar aprobados y títulos, está ya fuera de órbita. Se nos ha ido de las manos. La famosa burbuja inmobiliaria y financiera es otro caso de exceso megalómano de efectos ingobernables. En general, todo atinente a las políticas de corrección política. Bueno, no me enrollo más con cosas que conoces mejor que yo.

    Raus

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  4. Antonio, eres un tío generoso, porque llamas charco de ranas a lo que sabes muy bien que es un vertedero de mierda; al fin y al cabo las ranas, entre algas, fondos fangosos y larvas, necesitan uun agua con oxígeno para respirar, como prueba el hecho de que hoy en día todos los anfibios estén en preocupante retroceso gracias al civilizado y racional avance del ser humano. Sobre lo que dices en los tres últimos párrafos de tu comentario, no tengo nada que añadir: impecable, salvo eso de que yo conozco las cosas mejor que tú.

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