Vi Precious hará cosa de un mes en la televisión, aunque hacía tiempo que estaba interesado en esta película por todo lo que se dijo de ella en 2009, año en que se estrenó. Es, como ya sabéis, una dura historia acerca de cómo les pintan las cosas a los estadounidenses que no viven precisamente en el sueño americano, y no estaría mal recordar en estos momentos que en Estados Unidos los abismos entre los ricos y los pobres son monstruosos, que, al lado de triunfadores inmensamente ricos con limusina y superpisazo en la Quinta Avenida, hay allí una buena porción de personas que se arrastran en la miseria, y llamo miseria a vivir debajo de un puente (hace poco salió en la televisión un hermano de Madonna que vivía exactamente así), residir en una roulotte asquerosa o amontonarse en uno de esos barrios marginales en los que da miedo hasta asomarse a la ventana, caso este último en el que se encuentra Precious, la protagonista de esta película. Tampoco sería ocioso recordar que en EEUU, el país de Goldman Sachs, viven por debajo del umbral de la pobreza 43'6 millones de personas.
Por todas estas cosas interesa ver la historia de Precious, una niña (aunque parezca otra cosa) a la que la miseria física y moral en que habita dentro de su opulento país la ha llevado a una obesidad mórbida, un absoluto abandono familiar, escolar y social, un convivir con la violencia cotidiana, una incultura rampante, una doble maternidad y otros maravillosos premios: mejor que la veáis. Interpretada en términos políticos y de justicia social, Precious es demoledora, pero yo, yendo a mis monotemas, voy a interpretarla en términos educativos, a través de dos detalles de la película que a un docente no se le pueden pasar por alto, os los señalo:
-Primer detalle. Precious es -no por su culpa- un caso perdido en su escuela, por lo que le aconsejan ir a un centro donde de manera abnegada se ocupan de chicos así. Allí, lo primero que hacen con ella es obligarla a leer y entonces descubren que, con dieciséis años, ¡apenas sabe silabear! Esto es sin duda una muestra de un sistema educativo catastrófico, aberrante, merecedor de una valoración por debajo de la palabra fracasado.
-Segundo detalle. Después de ese descubrimiento, Precious reflexiona y se dice a sí misma que ya era hora de que se fijasen en ella, porque se ha pasado años en la escuela sin abrir la boca y, por solo eso, en Lengua le ponían un nueve, con los resultados ya vistos. Esto es sin duda otra muestra de lo anterior y de los lamentables efectos a los que puede conducir el aprobar a los alumnos por el solo mérito de no dar la lata.
Precious es una película muy actual, tanto por mostrarnos las aberraciones de injusticia social a que puede llevarnos el liberalismo salvaje, como para desenmascarar los no menos lamentables efectos que en educación tiene esta monstruosa suma: buenismo + abandono de la educación pública, o sea, la unión de los disparates educativos de la izquierda con la indecencia en este terreno de la derecha. El resultado siempre es el mismo: perpetuación de las clases menos favorecidas en la miseria, ¿caminamos hacia ello?
Parece interesante. Algunos alumnos me habían aconsejado esta película. Así que debe llegar hasta el alma de nuestros adolescentes. Parece que los de hoy se sienten más solos que los de antes. Mucha Play, móviles y chorraditas; pero estamos dejando a nuestros hijos con una sensación de vacío existencial que no aguanta nadie.
ResponderEliminarAntes de que se me olvide, han hecho un comentario bajo tu entrevista. Te dejo el enlace por si quieres leerla y contestar.
http://elballetdelaspalabras.blogspot.com/2012/01/entrevista-pablo-lopez-autor-de-la.html
¿Una doble maternidad? Te has olvidado del pequeñoooo detalle de que era violada reiteradamente por el compañero de su madre. Haces un resumen en el que eliminas ese detallito sin importancia, menos mal que no ejerces como crítico de cine.
ResponderEliminarQueridísimo Anónimo: tal vez no te hayas percatado de que se nos quiere incitar a ver la película y reflexionar sobre nuestra sociedad, no destriparla (eso que se les da tan bien a algunos críticos de cine).
ResponderEliminarPablo, gracias por tu blog.
Muchas gracias, Patricia, lo has clavado: lo que quiero es lo que dices tú (incluido lo de no destripar la película) y hacer además unas reflexiones de carácter educativo. Sorprende que alguien que parece ser tan listo como ese comentarista anónimo no se haya dado cuenta. Como además resulta que se permite añadir una coletilla entre impertinente y despectiva, el tipo deja de sí mismo un retrato patético.
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